Me dijiste que no lo harías, me dijiste que no me abandonarías; y, sin embargo, un día desperté y vi que ya no estabas. Te habías ido, dejándome sola… ¡SOLA!
Nadie secó mis lágrimas porque eras lo único que tenía. No sé cómo sobreviví, la verdad, pero aprendí a seguir sin ti después de algún tiempo.
Quemé tus fotografías cuando perdí toda esperanza de que volvieras, empaqueté tus cosas y las tiré en el ático, y tu olor fue abandonando mi almohada día tras día.
Aunque te sorprendas, lo superé. De hecho, si no hubieras vuelto suplicando mi perdón, ahora mismo no estaría ni pensando en ti. He empezado a salir por ahí, y he conocido a gente estupenda, así que no me vengas con ese rollo de “soy lo único que tienes”; habértelo pensado mejor antes de irte. Ya no dependo de ti, así que no me cuentes historias y déjame en paz.
Ah, por cierto, debes saber que primero se piensa con la cabeza y no con lo que tú y yo sabemos.
------------------------------------------------------------------------------------------------------
Sí! He vuelto para continuar siendo lo que quiero ser: una escritora novel que publica SUS relatos en SU blog. Me precipité al querer borrar todo lo que había creado en este blog, y lamento muchísimo haberos preocupado...
He vuelto para no marcharme. Todos los textos que publicaré aquí estarán registrados; y si hay alguien que vuelva a decir esas cosas que hicieron sulfurarme, no me afectarán tanto, porque todo constará legalmente como que es mío.
Este relato no está exactamente basado en una experiencia personal, aunque hay alguna parte que sí.
Me alegra haber vuelto con mis textos :)
Muchas gracias a todos los que me apoyásteis en mis momentos bajos... Os lo agradezco de verdad =)